Hace muchos años cerca de la rural en Palermo, me enamoré de una flor que me pareció tan inusual, tan hermosa, tan elaborada… y no la volví a ver hasta que hace un año, una amiga me trajo unas semillas de lo que conocemos como Mburucuyá, maracuyá, parchita o pasionaria entre otros nombres… con cierta duda (pero por si acaso) tomé un montón se semilla y las sembré, para sorpresa mía, adivinen cuantas germinaron, ¡sí, todas! Igual, la verdad, me encanto ver todo el proceso de germinación, crecimiento, floración y fecundación… hoy las plantas han dado fruto y estoy a la espera de la cosecha.

Hoy, nos vamos a acercar a una hermosa parábola que nos recuerda todo el proceso de siembra que conocemos, pero que tendrá matices singulares… nuestro tema de esta mañana lo he titulado: Un sembrador inusual (Marcos 4:1-20)…