16 »En aquel día», afirma el Señor,«me llamarás “esposo mío”y no me llamarás más “mi señor”. 19 Te haré mi esposa para siempre.Te haré mi esposa con derecho y justicia,en gran amor y compasión. 20 Te haré mi esposa con fidelidad y entonces conocerás al Señor.  (Oseas 2:16, 19–20)

Una pareja de adultos llamados Erica y Juan, parecían una pareja extraña, al menos en ciertos aspectos superficiales. Ella era una mujer bajita, cuya cabeza no llegaba a los hombros de él, ni siquiera de puntillas. Ella sólo tenía estudios de octavo grado, mientras que él se graduó en una universidad privada para hombres. Él era químico y empresario, y ella ama de casa y se ocupaba de sus dos hijas. A pesar de sus diferencias superficiales, sentían devoción el uno por el otro.

Cuando se trata de amor y matrimonio, la unión más extraña de toda la historia es la que existe entre Dios y su pueblo. A primera vista, ¡parece una completa incompatibilidad! Un Dios santo unido a seres humanos débiles y pecadores. La grandeza unida a la pequeñez. La sabiduría unida a la insensatez. Sin embargo, Dios dice: “los desposaré conmigo para siempre”.

Esta es su intención, su idea, su plan. No importa si eres hombre o mujer, casado o soltero, eres miembro de su pueblo, Dios quiere que lo conozcas como tu protector, como tu amigo y proveedor, como el amante de tu alma, como tu esposo. No nos conformemos, pues, con una relación que mantiene a Dios a distancia, que espera poco de él y experimenta menos.

Por el contrario, podemos permitirle que cierre la brecha entre nuestra pequeñez y su grandeza, nuestro pecado y su santidad, nuestra debilidad y su poder. Podemos bajar la guardia, siendo sinceros sobre nuestros anhelos y nuestra necesidad de Él. Podemos reconocer que le queremos más que a nada ni a nadie. Y podemos suplicarle que abra nuestras almas a su amor fiel e íntimo.

  • Ponte en el lugar de Oseas e imagina cómo se siente Dios cuando su pueblo se aleja de él. ¿Cómo crees que responde Dios a tu infidelidad?
  • Ora al Dios que siempre es fiel contigo y expresa tu voluntad de ser fiel a Él.